El Mirador y la Gran Roca
Todas las tardes, cuando los animales y plantas estaban con sus necesidades cubiertas y antes de caer la noche, salía a pasear con mis fieles amigos y compañeros de camino, los perros.
Siempre llevaba a 2 o 3 perros, y hubo un tiempo, que Lucky, un gato negro que vivía con nosotros, se unió al grupo de paseo. Todos los días venía con nosotros, y si alguna vez empezábamos la marcha sin él, aparecía por detrás maullando muy enfadado por habernos ido sin él, así que tuve que coger la costumbre de avisarlo al empezar el paseo para que no se enfadara. Así todas las tardes salíamos a pasear, correr y jugar.
Una tarde al regresar después de habernos divertido bastante, y tras dejar a cada uno en su casita, con comida y agua suficiente y dispuestos a descansar, dirigí mis pasos hacia el Mirador.
El Mirador era un lugar que había al bajar una pequeña cuesta y se encontraba un poco oculto a la vista por una gran encina y enormes peñascos. Allí al pie de la encina y los peñascos había una formidable roca redondeada, con una gran superficie plana donde podía sentarme y disfrutar del paisaje, desde el que veía una gran extensión de cielo y toda la ladera de la montaña hasta el valle.
Aquel día, como otros muchos, me senté a disfrutar de la vista y a hablarle a los árboles y la naturaleza como me había ido el día, después les daba las gracias y me quedaba en silencio observando el paisaje.
Pero ese día fue distinto, al quedarme en silencio, todo ruido desapareció, cerré los ojos y mi ser se trasladó; no sé dónde estaba, era un lugar oscuro; no sé describirlo, más bien era la nada, no había oscuridad ni luz, no había ruidos, sin embargo sentía como una voz antigua, algo que me hablaba, me contaba cosas del mundo, de lugares remotos y cercanos de todos los tiempos, de la luz, del agua, de la tierra.
Poco a poco me di cuenta que era la voz de Gaia que le hablaba a la roca, yo no podía entender su lenguaje, pero era sumamente confortable, era un suave murmullo que llegaba a lo más profundo del ser. Empecé a sentir el fluir del agua bajo la tierra acompañada en todo momento de una especie de música en forma de voz o conocimiento que seguía susurrando.
Allí no había calor ni frío, el interior simplemente era acogedor, tampoco había ruido ni sentimientos ni dolor, era un continuo aprender, la madre tierra hablaba, a veces en forma de murmullo o como una suave música y la roca escuchaba. Pude sentir que lo único que cambiaba en ella era la parte externa; al darle el sol se ponía muy caliente y por la noche con el relente y el frío se ponía helada, pero su interior era siempre igual, inalterable, vivo, atento, continuamente aprendiendo.
También pude sentir que cuando el hombre llegaba y destrozaba la piedra con sus máquinas, era como si muriera, se fragmentaba, ya no llegaba información, estaba desconectada.
Al poco regresé y comprendí que la piedra me había hablado, me había transmitido que es un ser vivo, que siente (de una forma distinta), y que está en continuo aprendizaje, en un lugar seguro, con una paz indescriptible. Todo en Gaia es bienaventurado.
Los humanos lo hemos olvidado, la tierra, los árboles, las plantas, los animales, todos son sagrados y es nuestra responsabilidad reconectar con ellos, con Gaia, con la Madre Tierra.

Gracias Gaia por confiar en mí y contarme tu sentir para que lo pueda difundir.
Paseo entre los árboles
Aquel día me acompañaban Laica una mastín con cruce, Rita que aparecía y desaparecía cuando se le antojaba y Oliver. Oli como le llamaba era un perrito de agua negro y con manchas blancas al que adoraba. Desde que nació se había establecido una relación entrañable entre nosotros y cada día se hacía más intensa, aunque es verdad que los adoraba a todos, quizá porque aún era un cachorrito lograba algo más de atención.
Bien, pues este precioso cachorro tomó la costumbre de salir corriendo cuando llegaba la hora de volver a casa, y por más que lo llamaba el corría y corría, como si le fuera la vida en ello, en la dirección opuesta a dónde tenía que ir. Eso me intranquilizaba, pues enseguida se venía la noche y podía perderse, o incluso si se alejaba demasiado, podía cogerlo un coche, así que últimamente tenía que llevarlo atado.
Durante el paseo, las otras perritas corrían y de vez en cuando venían y se acercaban a Oli. Ese día estaba un poco pensativa y empecé a hablar con los seres de la naturaleza, les decía que me disgustaba llevarlo atado con lo que disfrutaba del paseo, corriendo y saltando, pero que era muy desobediente y me intranquilizaba que le pasara algo. Así seguí un rato, decía si estuviera segura de poder cogerlo lo soltaría, si me pudierais ayudar dis.., y en ese momento Oli salió corriendo y ladrando lleno de alegría, miré el mosquetón, que era bien grande y costaba trabajo ponérselo y estaba perfectamente, entonces lo comprendí, habían estado escuchándome y decidieron soltarlo!, Seguramente se rieron bastante pues me quedé anonadada, les di las gracias y continué mi paseo disfrutando de la libertad, cuando llegó el momento de volver a casa llamé a Oli, estaba segura que lo cogería, pero no acababa de entender cómo.
Pues al verlo atravesando una pradera lo llamé y en seguida se paró en seco, allí estaba inmóvil, no veía a nadie pero parecía que lo tenía cogido, me fui rápidamente hacia él , le puse el mosquetón y me marché feliz a casa.
Aquella noche agradecí a los seres de la naturaleza su compañía y su ayuda, y al recordar cómo se quedó parado en la pradera vi a un ser de luz que estaba junto a él, desde entonces, cada vez que me acuerdo de ese día, veo con claridad en mi mente al ser de luz que estaba allí, aunque en su día me fue imposible verlo.
Aunque no lo sepamos, la naturaleza está llena de vida, hay seres de todas clases dispuestos a comunicarse con aquel que se lo pida, solo es cuestión de estar muy, muy atent@ cuando llegue el momento, estoy segura que habré pasado por alto miles de momentos antes de poder captar uno.
Gracias Gaia por tu infinito Amor.


Bendigo el día que la Vida te puso en mi camino, Tere.
ResponderEliminarIgual me ocurre a mí, bendito el día que nos conocimos, un fuerte abrazo.
EliminarTere: a ver si esta vez sale publicado lo que te escribo aquí. 🤔
ResponderEliminarSiento no haberlo publicado antes, he estado un poco liada, gracias por tus comentarios.
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